
Aunque su uso no sea muy habitual en nuestro país, no podemos obviar que es uno de los productos más beneficiosos en esta época, en Otoño. Los asiáticos son los que más utilizan la carne de pato en la gastronomía, siendo muy conocidos los platos de pato de la cocina china o japonesa. No es que no utilicemos el pato en nuestras elaboraciones, sino que escogemos el hígado por ejemplo para hacer otro tipo de platos, como es el foie.
El pato es producto de temporada en Otoño, por ello escribimos hoy este post. Su carne procede sobre todo de la pechuga y de las piernas del animal, aunque estas últimas tienen mucha grasa y son de color más oscuro. Ambas parte del pato se aprovechan para realizar verdaderas elaboraciones gastronómicas. En Virginia Restaurante, ofrecemos dos platos diferentes, cuyo protagonista es el pato.
Por un lado, nuestra carta ofrece un Confit de Pato Martiko con compota de manzana, champiñones y fritas; y por otro, un Magret de Pato Martiko a la pimienta con champiñones y fritas. Aunque los dos sean de Pato Martiko, nada tiene que ver el Confit con el Magret del animal. Las diferencias son importantes, en cuanto que pueden cambiar el sabor del pato, lo que nos da una amplia variedad de elaboraciones en este sentido.
Este producto de Otoño es muy rico en propiedades nutricionales, sobre todo por su alto contenido en proteínas de buena calidad, aportando aminoácidos que ayudan a los micronutrientes a llevar a cabo sus funciones correctamente. La carne del pato ayuda a la hora de fortalecer el sistema inmunitario, aumentar las defensas y reparar las células. Además, es un producto ideal para dietas de adelgazamiento.
En contraposición con las propiedades nutricionales comentadas en el párrafo anterior, el pato es uno de los productos gastronómicos más calóricos, pues la grasa que contiene en la piel es mucha. No obstante, si le quitamos la piel, la carne en sí nos ofrece muchísimas proteínas y nutrientes saludables para nuestro organismo.